Más de un millón de migrantes y refugiados cruzaron a Europa en 2015, desencadenando una crisis humanitaria mientras los países europeos luchaban por hacer frente a la afluencia sin precedentes de personas. La gran mayoría de los migrantes llegaron por mar, pero un gran número de personas lo hicieron por tierra, a través de Turquía y los Balcanes Occidentales.

A pesar de su gravedad, la llamada crisis migratoria europea estuvo marcada por importantes lagunas de información relacionadas con las intenciones y los perfiles de los migrantes, así como con los factores que motivan su decisión de abandonar su lugar de origen y elegir un destino específico en Europa. Estas lagunas de información dificultaron la planificación y la respuesta humanitaria y contribuyeron a que se formularan varias hipótesis infundadas sobre la migración y la crisis.

En apoyo de la respuesta humanitaria, IMPACT, a través de su iniciativa REACH, estableció un mecanismo de seguimiento de los desplazamientos para evaluar las tendencias y los perfiles de los recién llegados. Gracias a esta intervención, REACH pudo elaborar actualizaciones mensuales sobre las tendencias migratorias. Los datos recopilados proporcionaron información coherente y periódica a los agentes que dirigían la respuesta humanitaria a la dinámica situación. La información proporcionada por REACH también fue utilizada por las partes interesadas en la toma de decisiones, incluidos los actores humanitarios y los responsables políticos de la UE.