Desde 2018, Etiopía ha sido testigo de una escalada de disturbios que incluyen desplazamientos a gran escala, asesinatos y destrucción de propiedades tras los cambios políticos internos. Estos disturbios han exacerbado el impacto de las crisis relacionadas con el clima, incluida la plaga de langosta del desierto más devastadora de los últimos 25 años, que ha dañado las cosechas y ha fomentado la inseguridad alimentaria. A principios de 2020, la pandemia de COVID-19 se infiltró en Etiopía provocando cierres y prohibiciones de transporte en muchas regiones que restringieron el acceso a los mercados. Luego, en noviembre de 2020, estalló un conflicto en la región septentrional de Tigray, que desplazó a muchos etíopes y contribuyó a que aproximadamente 1,1 millones de personas más necesitaran ayuda en las regiones de Amhara, Afar y Tigray. Todos estos acontecimientos han perturbado gravemente los medios de subsistencia, han afectado a la disponibilidad de productos básicos de mercado y han amenazado con aumentar drásticamente las necesidades humanitarias de las poblaciones vulnerables de todo el país.

REACH se desplegó por primera vez en Etiopía en 2019 con el fin de apoyar los esfuerzos de supervisión del mercado y realizar un seguimiento de los precios de los productos básicos tras el inicio de la pandemia de COVID-19. Dado que el conflicto se ha intensificado en la región de Tigray, REACH llevará a cabo un seguimiento de la situación humanitaria a principios de 2021 para identificar las necesidades prioritarias entre las personas que permanecen en las zonas inaccesibles de Tigray y proporcionar información a los actores de la ayuda sobre el terreno en Etiopía y Sudán.