Kenia es un país caracterizado por ecosistemas frágiles, condiciones climáticas propensas a la sequía, infraestructuras deficientes, inestabilidad y marginación histórica que, en conjunto, suponen un importante reto para el desarrollo del país. Además, Kenia acoge a un gran número de solicitantes de asilo y refugiados, en gran parte debido a su ubicación en una zona propensa a los conflictos.

IMPACT se desplegó por primera vez en Kenia en 2016 a través de su iniciativa REACH y desde entonces ha supervisado los campos de refugiados y proporcionado información sobre las necesidades y las intenciones de los refugiados que residen, por ejemplo, en el complejo del campo de refugiados de Dadaab.